Tesorería General de la Seguridad Social en Santander – Cantabria

En colaboración con Miguel Ángel Sánchez Blázquez

“Cántabros de piedra Blindada”

2009
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Es un prisma tranquilo que se apantalla para protegerse del exterior agresivo.
El edificio que se proyecta para oficina integral de la Seguridad Social, se concibe desde la relación entre funcionalidad y representabilidad.
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La Administración en su conjunto, y, la de la Tesorería General de la Seguridad Social, en particular, es un hueco cambiante que ha de adaptarse de forma flexible a las necesidades de los Ciudadanos y a su plasmación en estructuras organizativas que el legislador y el ejecutivo, estimen convenientes para cumplir sus fines y ofrecer el mejor servicio público.
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Por eso hemos concebido el edificio como un gran contenedor multifuncional y polivalente, en el que lo único que permanece es el criterio de independencia, conjugada entre los cuerpos de la Administración y el C.A.I.S.S. que se articulan por un espacio atrial de accesos.
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Por otra parte la planta bajo rasante establece los servicios de común del edificio en cuanto a su “Fontanería”, instalaciones, archivos, aparcamientos, etc.
Pero aún, estos dos conceptos no son inalterables y podrían ser mudados, segregados, o agrupados…, tal como si de un puzzle se tratara, en función de las necesidades históricas de la administración.
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Así pues se proyecta un “Prisma tranquilo”, con 3 pantallas que se protegen del soleamiento indeseable y que constituyen un marco de referencia a los ingresos y a las visuales dentro-fuera y fuera-dentro. Elementos de pantalla que componen volumétricamente un edificio de obligada horizontalidad por los condicionantes urbanísticos de la ciudad de Santander.
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Existe una tectónica en la ciudad y aún más en la zona nueva montaña Quijano, antiguo polígono, que nos incita al diálogo reposado entre la piedra y el acero, y como tal el edificio se expresa. Se abre las orientaciones Norte y Este, de forma matizada y se abriga de las del Sur y el Poniente, respirando por su cubierta, a través de lucernarios que filtran la luz cenital.
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La zona común a las 2 grandes áreas se constituye en un atrio que focaliza su visual a una pantalla sobre la que se recorta un jardín zen (mineral), produciendo una deliberada serenidad en las zonas de recepción y espera de público.